El problema de las toallitas higiénicas se está convirtiendo en un asunto de seguridad ambiental general. Desecharlas a través del inodoro supone un estrés alto para la gestión de residuos y aguas residuales que deben resolver las depuradoras de agua, con un coste muy alto para las administraciones. Pese a su conveniencia de uso, es muy fácil tirarlas por el váter, aumentando el riesgo de atascos en el caso de tener en la finca una instalación de tuberías antigua o bien por el uso excesivo de este producto, que puede ocasionar que una arqueta doméstica quede taponada con relativa facilidad. Este caso es especialmente agudo en caso de hoteles, hostales y edificios de oficinas donde se genera mucha actividad de personas
El problema de las toallitas húmedas, aparentemente tan inofensivas, va camino de convertirse en un inconveniente medioambiental de primer nivel, especialmente con respecto a la contaminación marina. La Cofradía de Pescadores de Barcelona presentaba recientemente los resultados del Proyecto Mar Viva, durante el cual los pescadores del litoral barcelonés han recogido, cuantificado y clasificado los diferentes residuos que han encontrado en el mar durante sus jornadas de trabajo. Los resultados demuestran el aumento totalmente fuera de control de un tipo de residuo que hace tan sólo una década no estaba: las toallitas húmedas.
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